Grefusa y su compromiso nutricional
Grefusa lleva más de 15 años mejorando la elaboración de sus productos asegurándose de cumplir su compromiso nutricional. Desde 2002, la empresa ha elaborado sus productos sin aceite de palma, sustituyéndolo por otros aceites de origen vegetal con alto valor nutricional. De hecho, fue la primera empresa del sector en llevar a cabo esta medida1. Hoy, todos los productos de Grefusa se elaboran con aceite de girasol y aceite de oliva, además de eliminar conservantes y colorantes artificiales.
El objetivo de Grefusa, fabricante de deliciosos frutos secos y snacks de cereales, es elaborar los mejores alimentos para disfrutar, trabajando para ofrecer productos que están buenos, por su sabor y por el uso de los mejores ingredientes y procesos de fabricación, compatibles con una dieta equilibrada.
¿Qué es el aceite de palma?
El aceite de palma es un tipo de aceite vegetal que proviene de la fruta de la palma (Elaeis guineensis). A diferencia de otros aceites vegetales, se obtiene del fruto y no de la semilla oleaginosa de la planta.
En cuanto a su composición podemos destacar2:
- Alta proporción de ácidos grasos saturados (AGS) siendo el más abundante, el ácido palmítico.
- Presencia de ácidos grasos monoinsaturados (AGM) como el ácido oleico.
- Presencia de ácidos grasos poliinsaturados (AGP) omega-6 como el ácido linoleico.
En crudo, el aceite contiene gran cantidad de compuestos antioxidantes que se pierden durante el proceso de refinado del aceite2.
¿Por qué es tan usado en la industria alimentaria?
El aceite de palma posee una serie de propiedades y características tecnológicas que lo convierten en uno de los aceites más usados en la industria alimentaria2.
La palma africana de aceite (árbol que produce los frutos del que se extrae el aceite de palma) es fácil de cultivar, lo que hace que este aceite sea barato (especialmente, comparado con otros aceites de origen vegetal como el aceite de coco) lo que favorece su uso a nivel industrial2.
Debido a su alta proporción de ácidos grasos saturados (AGS), es sólido a temperatura ambiente y tiene un punto de fusión relativamente alto (superior a 60ºC) en comparación con otros aceites vegetales, ampliando su aplicación en la fabricación de alimentos2.
Su versión refinada (la más usada), no aporta sabor y es muy estable. La estabilidad está relacionada con la vida útil del alimento que lo contiene: a mayor estabilidad, más tiempo de vida útil. No se enrancia ni oxida fácilmente, lo que permite que los alimentos conserven sus propiedades sensoriales durante más tiempo y en climas más calurosos3.
También, al ser sólido a temperatura ambiente, no es necesario su tratamiento (y consecuente formación de grasas trans) para que aporte textura sólida a los alimentos que lo contienen. Esta es una de las razones por las que ha sustituido a las grasas trans en muchos alimentos3.
Sin embargo, a pesar de ser un producto con grandes beneficios desde el punto de vista industrial, es un aceite con un gran contenido de ácidos grasos saturados, especialmente, si se compara con otros aceites de origen vegetal. Su impacto sobre la salud es bastante controvertido pero el aumento en la ingesta de AGS ya ha demostrado presentar riesgos para la salud. Además, es importante tener en cuenta el gran impacto ambiental que produce el cultivo de la palma (de donde se extrae el aceite) ya que produce una gran deforestación de bosques tropicales, pone en peligro a especies animales y aumenta la emisión de gases de efecto invernadero, entre otras consecuencias4.
Por ello, a pesar de sus beneficios tecnológicos, el aceite de palma no es adecuado a nivel nutricional, por lo que el empleo de otros aceites vegetales con mejor perfil nutricional es importante para desarrollar alimentos saludables.