¿Qué es el aceite de palma?
El aceite de palma es un aceite vegetal ampliamente utilizado en la industria alimentaria y el más utilizado en el mundo1. Las industrias lo eligen en su forma refinada ya que no aporta sabor, es muy estable y no se enrancia ni oxida fácilmente2.
Cuando se eleva la temperatura mantiene bien sus propiedades, por lo que es utilizado en alimentos que se van a freír o en los que se desea conservar a temperaturas más altas2 como productos horneados, dulces, pasteles, galletas, helados, comida congelada y margarinas, entre otros1.
Sin embargo, este tipo de grasa no es recomendable dentro de una dieta saludable, ya que eleva el colesterol y puede favorecer la arteriosclerosis y enfermedades cardiovasculares2.
¿Cuáles son las recomendaciones actuales?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la ingesta de grasas saturadas represente menos del 10% de la ingesta calórica total diaria y las grasas trans menos del 1%3.
También recomienda sustituirlas por grasas no saturadas, especialmente poliinsaturadas3. Este reemplazo es favorable, ya que reduce el colesterol de lipoproteínas de baja densidad, una de las causas de aterosclerosis y enfermedad cardiovascular4. Se debe favorecer también el consumo de grasas monoinsaturadas, como el aceite de oliva2.
Dentro de los factores de riesgo de aterosclerosis, además de la presencia de grasas y colesterol en sangre, está también la elevada presencia de azúcar en sangre debido a la resistencia a la insulina o diabetes5, por lo que es de vital importancia seguir una dieta sana, variada y equilibrada.
¿Qué soluciones se están dando para reducir su presencia en los alimentos?
A nivel europeo, se está trabajando en la revisión de los límites máximos de contaminantes generados en el proceso de refinado del aceite de palma, para reducir la exposición a través del consumo de aceites refinados2.
En España, desde la AECOSAN se está trabajando con la industria alimentaria en la reformulación o mejora de la composición de alimentos, suprimiendo o reduciendo algunos componentes o nutrientes como grasas saturadas o trans, azúcar añadido o sal2.
Grefusa ha sido el primero en el sector en eliminar el aceite de palma de sus productos, empleando sólo aceite de oliva o de girasol. Además, lleva más de 15 años realizando otras mejoras en sus procesos, haciéndolos más sencillos, utilizando materias primas de mayor calidad y apostando cada vez más por los frutos secos y cereales como la base de sus productos, eliminando conservantes y colorantes artificiales, incrementando el aporte de fibra o reduciendo la sal6.